Hallan una docena de piezas de oro en el Templo Mayor

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Hallan una docena de piezas de oro en la zona arqueológica de Templo Mayor, Ciudad de México: son láminas que usaron los mexicas para adornar objetos como cuchillos o para ataviar a animales. Así lo dio a conocer ayer Leonardo López Luján, arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y director del Proyecto Templo Mayor.

Durante la conferencia Del deseo al desencanto: Cortés, el oro del Templo Mayor y el tesoro de Moctezuma que forma parte del IV Encuentro Libertad por el Saber: 1519. A quinientos años, celebrado en El Colegio Nacional, el investigador comentó la importancia del oro localizado en esta semana.

“Está saliendo en este momento y es una ofrenda que están excavando Alejandra Aguirre y Antonio Marín, quienes encontraron hace un año una loba ataviada de piezas de oro. Encontraron una caja llena de copal, caracoles del Atlántico y Pacífico, aparecieron cuchillos de pedernal, quitones que son como unas cucarachas marinas y, hasta el fondo, cubiertas de coral, están hallando láminas de oro”, dijo.

El también Premio Crónica 2019 detalló que son piezas insignias muy particulares que están aún por liberar en la esquina de las calles de Argentina y Guatemala en el Centro  Histórico de la Ciudad de México.

“Hay algunos que están doblados, entonces no logramos ver bien de qué se tratan, calculamos que es una docena de piezas y es probable que haya más abajo. Son piezas con más del 70% de oro, lo demás es de plata y casi siempre tienen perforaciones porque (los mexicas) las amarraban a cuchillos, animales, es decir, son piezas que se añadían a algo”, explicó.

Este hallazgo enriquece la colección de oro del Proyecto Templo Mayor, la cual suma medio kilo de este mineral hallado en 14 ofrendas de la zona arqueológica.

“Estas piezas enriquecen nuestra colección y es importante porque no es común hallar oro. Lo estamos encontrando porque estamos excavando en la línea de Huitzilopochtli, es decir, del lado del dios solar pues una de las maneras con que se representaba al Sol era con oro”, destacó López Luján.

En los últimos cuatro años, añadió, han aparecido varias piezas de oro, “hemos duplicado nuestra colección, pero no llegamos al kilo de este material”.

DECEPCIÓN ESPAÑOLA

Durante la conferencia, Leonardo López Luján explicó que los mexicas no fabricaron objetos de oro, ellos hacían objetos con oro.

“Imaginen ustedes esculturas de piedras semipreciosas, de maderas finas, plumas iridiscentes, con algodón finamente bordados y brocadas todas con oro incorporado, pero no había lingotes, no había cruces, no había monedas de oro”, expresó.

El director del Proyecto Templo Mayor comentó que después de que los españoles se instalaron en México-Tenochtitlan, Cortés dio la orden a dos de sus hombres, de instalar un altar católico en el Palacio de Axayácatl, pero éstos se dieron cuenta de la existencia de una pared encalada que clausuraba una puerta.

“Vieron que eso se había hecho unos pocos días antes y obviamente esos españoles suponen que del otro lado de ese muro, del otro lado de esa tapia, había un tesoro espectacular”, narró.

No se equivocaron ya que ese espacio encerraba el tesoro de Moctezuma, dijo. “Era un tesoro que recibía de su antecesor, a veces era su padre, su tío, su abuelo y ese tesoro él no lo podía tocar sino que lo tenía que incrementar según nos dicen varias narraciones”.

La decisión de Cortés fue retirar el muro y a Moctezuma no le quedó más que avalar la acción.

“Imagínense la escena (y esto lo mencionan aterrados los informantes de Sahagún): retirar el oro de los objetos de los cuales formaba parte. Se tardaron tres días en arrancarle el oro a los escudos, a los penachos, a las insignias y todo eso fue a dar a la hoguera, al fuego, algunas partes la rescataron sus aliados tlaxcaltecas”, explicó López Luján.

Para eso, los españoles mandaron a llamar a los plateros de Moctezuma que no vivían en Tenochtitlan, sino que eran mexicas avecindados en Azcapotzalco.

“Ellos empezaron a fundirlo con las técnicas indígenas para hacer piezas de oro, copas, cadenas, barras, etc. Todo eso de tres montones de objetos despojados de ese gran tesoro”, indicó el arqueólogo.

Años después, en 1521 cuando el gobernante mexica Cuauhtémoc fue interrogado por Cortés sobre ¿en dónde guardaban el oro? Cuauhtémoc respondió una verdad: no había más oro.

“Cuando le preguntan que dónde está el tesoro, él les dice que ya lo abrieron y fundieron pero que no quedaron satisfechos; que ya mandaron a traer más de otras regiones y tampoco quedaron contentos”, narró López Luján.

El experto indicó que México no es un país rico en oro a comparación de países sudamericanos, es en la región del norte del país donde se concentra este material pero a grandes profundidades.

“Es decir, se requiere una tecnología especial que no era asequible en los siglos XIV ni XV ni XVI y para colmo, ese oro se encontraba mezclado con otros metales, no era puro, tenía que extraerse por complejos procesos”, dijo.

Fuente: https://www.cronica.com.mx

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